La criptodivisa es una moneda digital que puede utilizarse como medio de intercambio, pago, donación y envío de remesas, diseñada para eludir las limitaciones del sistema bancario tradicional.
Las criptodivisas ecológicas, o “verdes”, estallaron en los titulares a finales de 2021 cuando Elon Musk anunció que Tesla dejaría de aceptar pagos en Bitcoin debido al impacto medioambiental de la minería.
Por ejemplo, a principios de 2022 Wikimedia dejó de aceptar todas las donaciones de criptodivisas por considerar que “no se ajustan al compromiso de la fundación con la sostenibilidad medioambiental”. Las mismas preocupaciones fueron expresadas por Mozilla, que dijo que “revisará si nuestra política actual sobre donaciones de criptomonedas encaja con nuestros objetivos climáticos y cómo lo hace”.
Es estupendo que organizaciones de renombre refuercen los principios medioambientales. Sin embargo, es reduccionista meter a todas las criptodivisas en el mismo saco “perjudicial para el medio ambiente”. Hay una serie de monedas virtuales innovadoras que están impulsando una agenda más respetuosa con el medio ambiente, de las cuales la nano es la líder indiscutible.
Exploremos algunas de estas monedas verdes y evaluemos su viabilidad para la adopción inmediata.
Criptodivisas sostenibles
Las principales preocupaciones medioambientales en torno a las criptodivisas se derivan de la minería: la elevada cantidad de electricidad necesaria para alimentar los complejos algoritmos y las fuentes de energía no renovables utilizadas para la minería.
Por ejemplo, en julio de 2021 una transacción de Bitcoin necesitaba 1997 kWh de energía. Es muchísimo, ya que se puede comparar con la cantidad de electricidad que una familia media puede utilizar durante dos meses en un país del primer mundo.
Además, los elevados costes de las transacciones suponen un serio problema para las pequeñas empresas que quieren explorar los pagos digitales. Sin embargo, estos problemas no se aplican a todas las monedas digitales.
Una criptodivisa sostenible es aquella que tiene un bajo consumo de energía y una mínima huella de carbono. No requiere grandes cantidades de energía para alimentar sus transacciones y trabaja constantemente para reducir su impacto medioambiental.
A continuación, algunos ejemplos de criptomonedas sostenibles:
- Nano (0,000112 kWh por transacción)
- Hedera (0,001 kWh por transacción)
- Algorand (0,0002 kWh por transacción)
- Cardano (0,5 kWh por transacción)
- Chia (2 kWh por transacción)