Esta semana saltó la noticia de que Tesla había invertido 1.500 millones de dólares en bitcoin y que está pensando en aceptar la criptomoneda como método de pago para sus vehículos. Tesla siembre ha tenido la imagen de una empresa verde y concienciada con el medio ambiente que aspira a disminuir las emisiones de carbono con sus vehículos y con sus baterías de SolarCity. Sin embargo, este último movimiento resulta un poco desconcertante porque podría impulsar el uso global de una moneda que, se estima, causa más contaminación que muchos países.
Tesla y Bitcoin
Tesla reveló el lunes que había comprado 1.500 millones de dólares en bitcoin y que pronto lo aceptaría como método de pago de sus vehículos. Esto hizo que el precio de la criptodivisa se disparara.
¿Cuál es el problema? La moneda digital se crea cuando ordenadores de gran potencia compiten unos contra otros para resolver complejas operaciones matemáticas, un proceso que requiere mucha energía y que actualmente suele depender de los combustibles fósiles, en particular del carbón, el más sucio de todos.
Al ritmo actual, esa “minería” de bitcoins devora anualmente la misma cantidad de energía que Argentina y se estima que la producción de bitcoin genera entre 22 y 22,9 millones de toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono al año.ref
La histórica inclusión de la criptomoneda en la cartera de inversiones de Tesla podría complicar la ética de cero emisiones de la compañía, según algunos inversores, en un momento en que las consideraciones medioambientales y sociales se han convertido en un factor importante para los inversores globales.
Ben Dear, director general de Osmosis Investment Management, un inversor sostenible que gestiona unos 2.200 millones de dólares en activos y que tiene acciones de Tesla en varias carteras afirma que “Por supuesto, estamos muy preocupados por el nivel de emisiones de dióxido de carbono generadas por la minería de bitcoins. Esperamos que Tesla se concentre en medir y revelar el conjunto completo de factores ambientales, y si continúan comprando o de hecho comienzan a minar bitcoin, que incluyan los datos relevantes de consumo de energía.” Tesla aún no se ha pronunciado sobre estos comentarios.
Sin embargo, no todo es pesimismo, y la apuesta de Tesla por el bitcoin se produce en medio de los crecientes intentos de la industria de las criptomonedas por mitigar el daño medioambiental de la minería. Este movimiento podría ser impulsado por el empresario multimillonario Musk, que esta semana ofreció 100 millones de dólares por desarrollos que pudieran extraer el dióxido de carbono de la atmósfera o de los océanos.
La entrada de las grandes corporaciones en el mercado de las criptomonedas también podría impulsar los incentivos para producir “bitcoin verde” utilizando energía renovable. Sin embargo, a corto plazo, esta operación de Tesla podría servir indirectamente para agravar los costes medioambientales de la minería.
Una mayor demanda, y unos precios más altos, justifica que los mineros utilicen aún más ordenadores potentes para resolver los rompecabezas en el menor tiempo posible.
¿Puede hacer Tesla que el Bitcoin sea ecológico?
Las estimaciones sobre la dependencia del bitcoin de los combustibles fósiles frente a las energías renovables varían, y es difícil obtener datos detallados sobre la combinación de energía de la industria minera del bitcoin.
Proyectos desde Canadá hasta Siberia se esfuerzan por alejar la minería de bitcoin de los combustibles fósiles, o al menos reducir su huella de carbono, y hacer que la moneda sea más aceptable para los inversores convencionales. Algunas iniciativas estudian reutilizar el calor generado por la minería para servir a la agricultura local, la calefacción y otras necesidades.
Sin embargo, según muchos expertos, el bitcoin no una inversión sostenible y no lo podrá ser por el tipo de tecnología que utiliza. Una transacción hecha con bitcoin consume cerca de 700 kWh, lo suficiente para realizar 500.000 transacciones de VISA. ref
Por supuesto, existen criptomonedas más modernas y optimizadas con un consumo más reducido como NANO que utilizan 6 millones menos de energía, pero su adopción es insignificante respecto al bitcoin.
Otro proyecto destinados a reducir el impacto del carbono del bitcoin es el dirigido por Gazprom en la región de Khanty-Mansi, en Siberia. Allí, la energía generada por el gas de combustión -un subproducto de la extracción de petróleo que suele quemarse- se utiliza para la minería de criptomonedas. El proceso deja una menor huella de carbono que la energía del carbón.
En teoría, según las empresas especializadas en la blockchain, es posible rastrear el origen del bitcoin, lo que plantea la posibilidad de que se cobre una prima por el bitcoin verde. La gente dice que consume mucha energía, por lo que es contaminante, pero esa es la naturaleza de la energía que utilizamos hoy en día. A medida que el bitcoin suba, habrá más incentivos para invertir en fuentes de energía renovables.
Sin embargo, aún es pronto y algunos expertos afirman que el bitcoin no será aceptado por los principales inversores en masa, al menos en un futuro próximo. Los grandes actores todavía se abstendrán de invertir en bitcoin por estas razones concretas: en primer lugar, por su aspecto climático muy negativo, dado el modo en que se extrae, y en segundo lugar, por las cuestiones éticas y de cumplimiento relacionadas con él.
Algunos actores del sector y académicos advierten que el dominio de los mineros chinos y la falta de motivación para cambiar los combustibles fósiles baratos por energías renovables más caras significa que hay pocas soluciones rápidas al problema de las emisiones. Los mineros chinos representan alrededor del 70% de la producción de bitcoins. El objetivo de los mineros es obtener beneficios, por lo que no les importa el tipo de energía que utilicen.
Otros son menos optimistas en cuanto a la posibilidad de un cambio significativo en el horizonte. La producción de renovables es extremadamente volátil, no es ideal como forma consistente de energía. Y los combustibles fósiles son una fuente barata y estable de energía.