El Hash es una de las piezas clave en toda la tecnología blockchain, y es que sin esta peculiar función sería muy difícil que ninguna de las criptodivisas existiese. ¿Pero qué es realmente?
Porque parece mentira que este elemento informático con más de 50 años se haya convertido en una clave del futuro digital. Conocer el Hash no te hará más rico, pero sí te permitirá saber cómo funciona todo con mucha más lógica.
¿Qué es una función Hash?
La función Hash es una función criptográfica en el ámbito de la informática en la cual se desarrollan una serie de cálculos para codificar y obtener una cadena de carácteres única. Dicho en lenguaje simple, hace que un hash sea un elemento único en el mundo.
Este elemento digital nació en 1961 por Wesley Peterson, que en su momento lo llamó Comprobación de Redundancia Cíclica. Su objetivo era comprobar que los datos obtenidos de redes y en sistema de almacenamientos fuesen correctos.
Para que todo esto te quede más claro, las características más destacables de las funciones Hash son:
- La cadena que generan siempre tiene una longitud fija de 64 caracteres.
- Al mínimo cambio en los datos de origen, se genera siempre un hash diferente.
- Son irreversibles, es decir, que una vez se ha creado no se puede volver a los datos originales que la crearon.
- Son eficientes y fáciles de calcular, por lo que no necesitan una gran potencia para ejecutarlas. Aunque tampoco lo intentes con un ábaco.
La sencilla función fue evolucionando a medida que lo hacía la informática. Su simpleza y facilidad de implantación provocó que surgieran variantes como la MD2, la RIPEMD y la SHA, que actualmente se utiliza en una gran cantidad de criptomonedas.
¿Cómo funciona el Hash?
Un hash se obtiene tras unos complejos cálculos matemáticos y de lógica. Un ordenador es capaz de computar unos datos concretos para procesarlos a través de las funciones hash y conseguir esta cadena única de carácteres.
Para que te hagas una idea, es como una receta de un plato de cocina: la computadora sigue unas instrucciones lineales para introducir los datos de forma específica y obtener ese rico estofado que nunca te volverá a salir igual.
Y como ocurre cuando cocinas algo, el proceso es irreversible, siendo imposible volver a los ingredientes originales. Es un proceso de un único sentido que ofrece un altísimo nivel de seguridad. Por ejemplo, se estima que para romper la seguridad del SHA-256 de las criptomonedas se necesitan miles de años de computación.
Funciones Hash y el blockchain
Las funciones Hash se utilizan principalmente para confirmar la autenticidad de los datos informáticos, además de almacenar las contraseñas con gran seguridad y para la firma de documentos electrónicos. Pero si nos centramos en el mundo del blockchain, podemos encontrar utilidades muy específicas.
Contratos Inteligentes
Algunos de los blockchains que usan ciertas criptomonedas utilizan contratos inteligentes, o smart contracts. Como alguna de la información en este tipo de elemento es muy sensible, ya que contiene direcciones, nombres y datos de monederos, los hash se usan para añadir una capa de seguridad extra.
También se utilizan para dar versiones tanto a los contratos inteligentes como a los contratos públicos. Cada mínima modificación que realice una parte implicada generará un nuevo hash, marcando la validez y autenticidad en un sistema descentralizado.
Creación de la dirección
El hash también es la forma en que se consigue la dirección de los diferentes monederos de criptomonedas. Y es que si es una clave que se va a compartir públicamente, lo que se busca es una mayor seguridad para evitar ataques maliciosos al monedero digital.
Por ejemplo, el Bitcoin utiliza tanto la función hash SHA-256 como la RIPEMD-160 durante el proceso de creación de la dirección a su monedero de criptomonedas. Con ello se consigue una altísima seguridad al conseguir un hash único e irrepetible.
Proceso de Minería
El procesado de los bloques de una blockchain, lo que comúnmente se llama minería, requiere que todas las computadoras dedicadas a ello calculen las funciones hash para crear uno nuevo. Así pues, en este proceso se utiliza para verificar las transacciones.
Es aquí donde entra todo el “juego” del minado y de sus recompensas. Aquellos mineros que calculen con mayor rapidez los diferentes hash que se requieren, se llevarán el incentivo económico que ofrece la blockchain. Vamos, que cuando minas lo que estás haciendo es procesando la función hash.
En definitiva, el hash y su función tienen una relevancia absoluta en el mundo de las blockchain. Es el elemento esencial para otorgar autenticidad y seguridad a todas estas redes virtuales. Probablemente no existiría ninguna criptomoneda si no se hubiesen creado los hash, o al menos un sistema de verificación igual de seguro.