Durante la etapa de Sam Bankman Fried en FTX, “cientos de millones de dólares” quedaron expuestos al robo, así como a otras actividades potencialmente perjudiciales.
El nuevo director ejecutivo, John Ray III, reveló al Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos que había conseguido adquirir activos digitales por valor de más de mil millones de dólares.
Para acceder a los fondos de los monederos de criptodivisas y autorizar las transacciones, es necesario mantener claves privadas en sistemas cifrados. Los analistas creen que la desaparecida casa de cambio de bitcoins podría haber permitido transacciones ilegales mediante el uso de claves privadas que no estaban cifradas.
Según declaraciones del CEO de Casa, Nick Neuman, a The Block, “el hecho de que FTX mantuviera claves privadas sin cifrar permitiría a cualquier empleado con acceso a los sistemas internos o a cualquier actor externo mover y/o robar el efectivo de los clientes.”
Debido a que las claves de FTX no estaban cifradas en el pasado, es posible adquirirlas mediante pirateo o suplantación de identidad.
Según las empresas de seguridad Halborn y PeckShield, en noviembre se robaron entre 300 y 400 millones de dólares de carteras pertenecientes a usuarios del exchange FTX. Según Bankman-Fried, un “empleado descontento” u otro actor malintencionado puede haber robado las claves privadas de una cartera de criptomoneda.
Un mes después de que su exchange de criptomonedas se declarara en quiebra, Bankman-Fried ha sido acusado de fraude por las autoridades de Estados Unidos.