Con todo el auge de las blockchain y la inversión en tokens, las escuelas de criptomonedas han comenzado a aparecer como champiñones. Ofrecen cursos para aprender a conocer cómo funciona este mundo virtual, invertir y mucho más. ¿Pero qué hay detrás de ellas?
Y es que no está mal la idea de ofrecer una formación respecto a las criptomonedas, pero también hay personas que se aprovechan de esta ignorancia. Así que, si estás dispuesto a meterte en este mundillo, infórmate bien antes de inscribirte en una escuela de criptomonedas.
¿Qué es una escuela de criptomonedas?
También conocidas como academias de criptomonedas, se trata de una empresa u organización que ofrece distintos cursos, conocimientos e información relacionado con el mundo de las criptomonedas.
Por lo general suelen ser en un formato completamente digital, aportando acceso a una plataforma donde los alumnos inscritos pueden disfrutar de una gran variedad de contenido. La idea detrás de ellas está en formar a los alumnos para que sus inversiones en criptomonedas sean exitosas.
Aprender más sobre la economía, el análisis técnico, los diferentes tipos de criptomonedas, la fiscalidad y saber gestionar las inversiones es algo indispensable, eso está claro. Estés metido en el mundo cripto o no, siempre está bien tener una formación, aunque no esté reglada, respecto al funcionamiento económico del mundo.
¿Se tratan de criptosectas o estafas piramidales?
Pero no todo es tan bonito. Siempre está el gurú o aprovechado de turno que monta su escuela de criptomonedas y crea esa fantástica estafa piramidal que destruye tantas vidas. En este ámbito tampoco nos salvamos, encontrándonos algunos ejemplos bastante escandalosos.
Porque, como se dice siempre, si alguien ha tenido éxito invirtiendo en criptomonedas y se ha hecho rico con ello, ¿por qué le da tanto bombo a sus cursos y clases de formación? Lamentablemente, muchos pican con estos cebos, bebiendo de una tóxica fuente que los hace soñar con una vida que nunca alcanzarán.
Ya sean jóvenes que no tienen muy claro qué quieren hacer con su vida, o personas que no saben gestionar bien su dinero, acaban cayendo en una trampa envuelta en palabras bonitas. Y es que es así, usarán técnicas de persuasión para atraparte en sus redes, en su filosofía y en la mentalidad de conseguir el “verdadero éxito”.
¿Cómo se puede descubrir que una escuela de criptomonedas o cursos son una estafa? Te lo prometen todo. Tendrán vídeos donde te mostrarán al gurú de turno viviendo una vida de ensueño y a la vez no te venderá nada en concreto.
Simplemente te dirá que tiene el “método infalible” para vivir de tus inversiones, criptomonedas o cromos de Pokémon. Pero, eso sí, necesitas pagar para acceder a sus maravillosas clases. Quizás te ofrezca algo de contenido gratuito, un pequeño curso para que pruebes, pero que a la vez te deje con ganas de más.
No te van a enseñar nada que no puedas aprender por ti mismo
Hay un montón de páginas web y plataformas que, sin ser una escuela de criptomonedas, te ofrecen guías gratuitas para que te empapes de conocimiento. Sabrás que es el blockchain, los protocolos de consenso, los indicadores que debes tener en cuenta y mucho más. Incluso aquí mismo, en este blog, tienes un buen puñado de contenido para comenzar.
Es muy importante que te formes antes de lanzarte a invertir, ya sea comprando directamente alguna criptodivisa o probando algún juego NFT. Porque no sólo se trata de dinero, sino también de tiempo invertido y de salud mental. Y eso te lo puede decir cualquiera que ya haya estado tanteando en el mundillo de la blockchain.
En definitiva, ten sentido común. No inviertas sin ton ni son, ni en criptos ni en escuelas de criptomonedas. Infórmate bien, empápate de conocimientos y mete el dinero que no temas perder. Prueba una pequeña cantidad, explora cómo funciona todo y si realmente te gusta (o, al menos, no te hace perder salud mental).
No esperes hacerte rico, ni pegar el bombazo, ya que te estarás creando unas expectativas demasiado elevadas. Quizás sea una carrera de fondo, una de 100 metros o te encuentres obstáculos por el camino. La clave está en saber qué es lo que estás haciendo y tener la cabeza en su lugar para decidir cuándo dejarlo.