Es fácil leer los titulares y asumir que el bitcoin, y de hecho cualquier otra criptomoneda, debe estar contribuyendo de forma significativa al cambio climático.
La creciente presión mundial sobre los mineros de bitcoin para que utilicen más energía renovable ha llevado a la creación de iniciativas como el Consejo de Minería de Bitcoin y ha empujado a los inversores conscientes a buscar criptodivisas más “verdes”.
A mediados de julio, una sola transacción de bitcoins requería 1.719,51 kilovatios hora (kWh), donde un kWh es la cantidad de energía que consume un aparato de 1.000 vatios en una hora. Para ponerlo en perspectiva, esto equivale a la energía consumida por un hogar español medio durante 63 días. En un día normal, se envían 240.000 transacciones de bitcoin a través de la red…
¿Cómo utiliza el bitcoin la energía?
A menudo se habla de la nueva fiebre del oro, pero puede resultar difícil comprender cómo algo que no tiene manifestación física puede consumir tantos recursos. La red Bitcoin depende de miles de mineros que utilizan máquinas de alto consumo energético las 24 horas del día para verificar y añadir transacciones a la cadena de bloques. Este sistema se conoce como “proof-of-work”.
El uso de energía de Bitcoin depende de cuántos mineros estén operando en su red en un momento dado. Estos mineros deben competir entre sí para ganar el derecho a añadir el siguiente bloque a la cadena de bloques y obtener recompensas. La estructura competitiva da lugar a un gran desperdicio de energía, ya que sólo un minero puede añadir un nuevo bloque cada 10 minutos.
Para mantener una ventaja competitiva frente a otros mineros, muchas de las operaciones más grandes se ven obligadas a escalar o actualizar sus equipos. Como resultado, ahora hay docenas de instalaciones mineras en todo el mundo que tienen miles de equipos funcionando constantemente. Uno de los subproductos de estas operaciones a escala industrial es el calor. Los mineros de circuitos integrados de aplicación específica (ASIC) -el principal tipo de equipo informático especializado utilizado para la minería de criptomonedas- producen mucho calor al realizar las funciones de hashing y deben mantenerse refrigerados para evitar que pierdan eficacia o se quemen. Las operaciones más pequeñas pueden necesitar sólo ventiladores y un clima fresco para mantener las temperaturas bajo control, pero las grandes instalaciones de minería requieren sistemas de refrigeración de tipo industrial. Esto aumenta aún más la cantidad de energía consumida.
¿Por qué es un problema este consumo de energía?
Aunque la industria minera se está orientando hacia una energía más limpia, una gran parte de la electricidad consumida por la red Bitcoin sigue siendo generada por fuentes no renovables, como las centrales eléctricas de carbón. Es bien sabido que la quema de combustibles fósiles como el carbón libera enormes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, el principal impulsor del cambio climático. Esto significa que cuantos más ordenadores de minería se unan a la red, más demanda habrá para crear y consumir energía.
Las demandas de energía en torno a bitcoin han sido durante mucho tiempo una preocupación, especialmente ahora que hemos visto que la red se ha cuadruplicado desde su último pico en 2017. Y la red sigue madurando. En su nivel actual, Bitcoin consume 81,51 teravatios hora (TWh) anuales. Si fuera un país, ocuparía el puesto número 39 en consumo anual de electricidad, por delante de Austria y Venezuela.
Impacto medioambiental
Es importante tener en cuenta que hay una diferencia entre el consumo de electricidad y la huella medioambiental/de carbono. No hay duda de que los mineros de bitcoin requieren grandes cantidades de electricidad. Pero para entender el impacto ecológico, es necesario tener información sobre el origen de la energía de los mineros.
Bitcoin en sí mismo no produce intrínsecamente emisiones de carbono adicionales porque cualquier fuente de electricidad puede alimentar técnicamente la red. En septiembre de 2020, los investigadores del Centro de Finanzas Alternativas de Cambridge (CCAF) descubrieron que el 62% de los mineros globales dependían de la energía hidroeléctrica, el 38% usaban carbón y el 39% utilizaban alguna combinación de energía eólica, solar o geotérmica. Pero se estima que sólo el 39% del consumo energético de bitcoin es neutro en carbono.
Mientras que otras industrias necesitan entornos y condiciones específicas, el bitcoin puede aprovechar fuentes de energía inaccesibles para otras. En las provincias chinas de Yunnan y Sichuan, se cosecharon grandes cantidades de exceso de energía hidroeléctrica para alimentar las crecientes fábricas mineras de China. Durante la temporada de lluvias, estas provincias podrían ser responsables del 50% de todas las operaciones mineras del mundo. Pero en junio del 2021, el gobierno chino impuso restricciones a la minería de criptomonedas. Esto ha provocado que las operaciones de minería migren a países como Kazajistán y Estados Unidos, que dependen en mayor medida de la electricidad basada en combustibles fósiles.
Cómo se compara el bitcoin con la banca tradicional
Se dice que todo el ecosistema bitcoin utiliza menos de la mitad de la energía que necesitan los sistemas bancarios. Esto no es demasiado sorprendente si se tiene en cuenta el gran número de sucursales físicas, instalaciones de impresión, cajeros automáticos, centros de datos, máquinas de tarjetas y vehículos de transporte seguros que se necesitan para apoyar el sistema de moneda fiduciaria.
El futuro del uso de energía del bitcoin
En 2021 se ha producido un notable impulso para que la minería del bitcoin, y de hecho de otras criptodivisas, sea más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. El Crypto Climate Accord aboga por que la industria de las criptomonedas busque nuevas fuentes de electricidad y pretende proporcionar a las empresas de criptomonedas “una caja de herramientas de código abierto de soluciones tecnológicas” para ayudar a la industria a lograr emisiones netas cero para 2030.
Por último, puede haber menos razones para preocuparse de lo que proclaman los alarmantes titulares. Es poco probable que los mineros de Bitcoin aumenten a la misma escala que hace unos años. Esto se debe, en parte, al halving, lo que está incorporado en la cadena de bloques de Bitcoin y reduce las recompensas de los bloques que los mineros obtienen cada cuatro años. Así que, a menos que el valor del bitcoin siga subiendo para compensar la caída, los mineros tendrán que recurrir a equipos más eficientes y a fuentes de energía más baratas para mantener los márgenes y la viabilidad de las operaciones de minería a gran escala.