La gran mayoría de inversores espera que sus carteras vayan creciendo con el tiempo. Hay muchas formas de hacer crecer una cartera, y el mejor enfoque para un determinado inversor dependerá de varios factores, como su tolerancia al riesgo, su horizonte temporal y la cantidad de capital que pueda invertir. Algunas llevan más tiempo o tienen más riesgo que otras. Sin embargo, hay métodos probados que podemos aplicar para hacer crecer nuestro dinero.
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¿Cómo podemos hacer crecer nuestra cartera?
Definir el crecimiento
El crecimiento puede definirse de varias maneras cuando se trata de invertir. En el sentido más general, cualquier aumento del valor de la cuenta puede considerarse crecimiento, como cuando un certificado de depósito paga intereses sobre su capital. Pero el crecimiento suele definirse más específicamente en el ámbito de la inversión como la revalorización del capital, cuando el precio o el valor de la inversión aumenta con el tiempo.
El crecimiento puede producirse tanto a corto como a largo plazo, pero los crecimientos sustanciales a corto plazo suelen conllevar un grado de riesgo mucho mayor, lo cual puede no ser conveniente para todos los inversores.
Comprar y mantener
Comprar y mantener las inversiones es quizá la estrategia más sencilla para lograr el crecimiento, y con el tiempo puede ser también una de las más eficaces. Los inversores que se limitan a comprar acciones u otras inversiones de crecimiento y las mantienen en sus carteras con una mínima supervisión suelen quedar gratamente sorprendidos con los resultados.
Un inversor que utiliza una estrategia de comprar y mantener no suele preocuparse por los movimientos de precios a corto plazo ni por el análisis técnico.
Seguimiento del mercado
Los que siguen más de cerca los mercados o las inversiones específicas pueden superar la estrategia de comprar y mantener si son capaces de cronometrar correctamente los mercados y comprar sistemáticamente cuando los precios son bajos y vender cuando son altos. Sin embargo, no es fácil predecir los mercados y mucha gente acaba sobre-operando, vendiendo y comprando influenciados por sus sentimientos, algo que suele resultar muy negativo.
Para el inversor medio, que no tiene tiempo para vigilar el mercado a diario, puede ser mejor evitar el market timing y centrarse en otras estrategias de inversión más orientadas al largo plazo.
Diversificación
Esta estrategia suele combinarse con el enfoque de comprar y mantener. Muchos tipos de riesgo, como el riesgo empresarial, pueden reducirse o eliminarse mediante la diversificación. Numerosos estudios han demostrado que la asignación de activos es uno de los factores clave de la rentabilidad de las inversiones, especialmente en periodos de tiempo prolongados.
La combinación adecuada de acciones, bonos y efectivo puede permitir que una cartera crezca con mucho menos riesgo y volatilidad que una cartera invertida completamente en acciones. La diversificación funciona en parte porque cuando una clase de activos tiene un mal rendimiento, otra suele tenerlo.
Invertir en sectores de crecimiento
Los inversores que desean un crecimiento agresivo pueden buscar sectores de la economía como la tecnología, la sanidad, la construcción y las acciones de pequeña capitalización para obtener rendimientos superiores a la media a cambio de un mayor riesgo y volatilidad. Parte de este riesgo puede compensarse con períodos de tenencia más largos y una cuidadosa selección de las inversiones.
Promedio del coste del dólar (DCA)
Una estrategia de inversión común, el DCA se utiliza con mayor frecuencia con los fondos de inversión. Un inversor asigna una cantidad específica de dinero para comprar periódicamente acciones de uno o más fondos específicos. Dado que el precio del fondo o fondos varía de un periodo de compra a otro, el inversor puede reducir la base de coste global de las acciones porque comprará menos acciones en un periodo en el que el precio del fondo sea más alto y comprará más acciones cuando el precio baje.
El valor real del DCA es que los inversores no tienen que preocuparse de comprar en los momentos más altos del mercado o de intentar programar cuidadosamente sus transacciones.